EL POLLO A LOS CUARENTA DIENTES DE AJO; un platillo
medieval.
Ana Castanedo, la comadre de mi papá, nos pasó esta receta y
desde entonces siempre hemos estado interesados en la cocina medieval. Nos
hemos conseguido algunos recetarios medievales. Afortunadamente, los más
antiguos del mundo occidental son los manuales de cocina catalanes. Conseguí en
Casa del Libro, el Llibre de Sent Soví, reedición de 2004 de uno de los
manuales de cocina más antiguos.
El pollo y otras aves eran platillos de gente rica puesto
que lo común era comer carnero o cordero. La carne de res era de gente pobre
porque a las vacas se les usaba mejor para dar leche y a los bueyes para
trabajar y cuando se les sacrificaba para carne, eran ya animales viejos y
magros.
El pollo a los cuarenta dientes de ajo se prepara en una
olla de barro. Se pone una cama de romero y tomillo, abundante, y sobre esta
base se pone un pollo entero embarrado de mantequilla con sal de grano. Por
dentro y fuera del pollo se desgranan unas dos o tres cabezas de ajos,
dependiendo del tamaño de sus dientes. No es necesario contar los dientes para
que sean cuarenta, se hace a ojo. Otra cabeza de ajo se parte por la mitad y
ambos trozos se colocan a los lados del avechucho que, esperamos, sea de buen
tamaño y calidad. A continuación se hace una masa de harina y agua, sin sal ni
nada, y se le da forma de placa con el rodillo. Esta placa se usa para cubrir
la olla, sellando sus bordes con agua y presionando para que se pegue bien
puesto que se trata de una versión antigua de la olla express.
Se calienta el horno
a 200 grados y se mete la olla, al cabo de unos 20 minutos se baja la
temperatura a 150 grados y se vigila porque la señal de que ya está el guiso es
que la galleta que cubre la olla se encuentra dorada a punto de comenzar a
quemarse. Entonces se saca del horno, se pone sobre la mesa y se rompe la
costra. Esto deja salir uno de los aromas más ricos del mundo y que sirve como
imán a tal punto que no se requiere
llamar a la mesa. La costra se va retirando y la carne del pollo se desbarata y
queda jugosa y los dientes de ajo quedan con consistencia de mantequilla.
Muchos guisos medievales se hacían en un horno de leña como
los que hoy se usan para panadería, pizzas y cochinillo. Otros consistían en
colgar una marmita de hierro o cazo de cobre sobre las llamas de la chimenea;
este era el caso de los potajes y estofados. Otras veces, algunos caldos y
sopas se hacían poniendo una olla de barro con verduras, carne y hierbas sobre
los rescoldos del hogar.
*
El primer caballero
(First Knight)
1995
de Jerry Zucker
con Richard Gere, Sean Connery
1995
de Jerry Zucker
con Richard Gere, Sean Connery
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